A lo largo de toda la jornada de este jueves se llevó a cabo en los Salones del Puerto un “Taller de Resilencia” organizado por el Gobierno de la Ciudad en conjunto con la Fundación Rockefeller. La instancia forma parte de un programa de 100 Ciudades Resilientes de todo el mundo, entre las que se encuentra la capital provincial.
El encuentro contó con la presencia del presidente del Concejo Municipal, Leonardo Simoniello; y los concejales Ariel Rodríguez, Adriana Molina, Mariano Cejas y Vanesa Oddi. La actividad fue encabezada por el intendente José Corral y el representante para América Latina de la Fundación Rockefeller, Aaron Spencer.
Simoniello señaló que “además de capacitación, difusión y concientización, nos da la posibilidad de adquirir recursos para trabajar en este tema que es tan necesario. En nuestra ciudad hemos tenido muchas circunstancias vinculadas con la inundación y tal vez no hemos aprendido la lección sobre la importancia de prepararse y crecer en una ciudad que tiene conflictos crónicos por su vulnerabilidad hídrica”. Y agregó que “es muy bueno que seamos parte de este programa y que toda la comunidad entienda la importancia de trabajar sobre nuestra propia resiliencia, que en nosotros significa surgir y crecer en medio de los conflictos”.
Taller
La jornada estuvo dividida en cuatro sesiones. La primera introductoria denominada “Santa Fe Resiliente”, en la que se realizó un panel de discusión sobre el significado de la “resilencia”. Más adelante, se realizó un diagnóstico sobre la resilencia en Santa Fe, para luego analizar los impactos y las tensiones a la hora de entender la ciudad. Finalmente, se desarrolló una instancia referida a quienes construyen resilencia en Santa Fe.
Programa
La red de 100 Resilient Cities (100RC), promovida por La Fundación Rockefeller, se dedica a ayudar a las ciudades de todo el mundo a volverse más resilientes a los desafíos físicos, sociales y económicos, y cuya importancia es cada vez mayor en el siglo XXI.
100RC apoya la adopción e incorporación de una visión de la resiliencia que incluya no sólo los impactos, tales como terremotos, inundaciones, brotes de enfermedades; sino también las tensiones que debilitan la estructura de una ciudad diariamente o de forma cíclica. Entre los ejemplos de estas tensiones se incluyen las altas tasas de desempleo, un sistema de transporte público sobrecargado o deficiente, la violencia endémica o la escasez crónica de alimentos y agua. Al abordar tanto los impactos como las tensiones, una ciudad puede responder más eficazmente ante los eventos adversos y contar con una mayor capacidad para ofrecer funciones básicas a todas las poblaciones en buenos y malos momentos.