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El Concejo adhirió al “Día Mundial Contra el Trabajo Infantil”

 

En la sesión del jueves 11 de junio de 2009, el Concejo Municipal aprobó una declaración por la cual adhiere a la celebración del  “Día Mundial Contra el Trabajo Infantil”, evento establecido por la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.), el día 12 de junio de cada año; ante la necesidad de Erradicar el Trabajo Infantil en las peores formas, haciendo hincapié este año en la explotación de las niñas.

La iniciativa fue respaldada por la totalidad de los ediles del cuerpo y fue presentada por el concejal Jorge Kiener, quién en sus fundamentos expuso lo siguiente:

“El 12 de junio de 2002 marcó la primera celebración del día contra el Trabajo Infantil, patrocinado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), para destacar el movimiento mundial en favor de la erradicación del trabajo infantil, especialmente en las peores formas. La Organización Internacional del Trabajo ha propuesto esta celebración para recordar el enorme problema internacional del trabajo infantil y la determinación de la comunidad mundial para combatirlo. El objetivo es poner en relieve la gravísima situación de niños que trabajan y, por ende, se ven privados de la posibilidad de estudiar, de la educación informal, de cuidar su salud física y mental, y del tiempo de ocio para gozar de las libertades elementales.

En nuestro país, en consonancia con la O.I.T se sancionó la ley nacional Nº 26064/05  que instituye el mismo día  como el “Día Nacional contra el Trabajo Infantil”
 
"La humanidad debe al niño lo mejor que puede darle”. El gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad… El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación".

Desde su primera  celebración en el año 2002, busca reforzar y promover la voluntad política y el compromiso de los gobiernos y de diferentes actores sociales con la erradicación del trabajo infantil. Este año haciendo hincapié en la explotación de las niñas en el trabajo infantil.

Según los últimos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 165 millones de niños, entre cinco y catorce años, son víctimas del trabajo infantil y, muchos de ellos, trabajan en condiciones peligrosas, formas extremas de explotación: esclavitud, tráfico, servidumbre por deudas, prostitución y pornografía. Se estima que unos 100 millones de niñas son víctimas del trabajo infantil. Muchas de ellas realizan trabajos similares a los que desempeñan los niños, pero también suelen sobrellevar dificultades adicionales y enfrentarse a diferentes peligros. Además, las niñas están también expuestas a algunas de las peores formas de trabajo infantil, habitualmente en situaciones de trabajo encubierto.

Es necesario desarrollar estrategias, programas y actividades conjuntas en contra del trabajo infantil, tanto al nivel nacional como al internacional. Trabajo genuino para los padres y el compromiso de toda la sociedad. Pero la tercera pieza clave es el Estado: este debe asegurar la articulación de políticas públicas de educación, de desarrollo social y de salud a favor de lo niños, como prioridad.

Uno de los objetivos de la Organización Internacional del Trabajo con respecto al trabajo infantil es lograr la eliminación progresiva de las peores formas de trabajo infantil, incluyendo el trabajo peligroso, la explotación sexual, la trata de niños y todas las formas de esclavitud  que deben ser abolidas en forma prioritaria.

En América Latina cerca del 70% de niños y niñas que trabajan lo hacen en el sector rural. Hay muchos niños, niñas y adolescentes que trabajan en este sector en situación de riesgo y en muchos casos de extrema explotación.

En determinadas condiciones, el trabajo infantil en la agricultura puede implicar explotación infantil, así como riesgos físicos, debido a la manipulación de herbicidas y pesticidas, al uso de maquinaria pesada o instrumentos punzo-cortantes, por adversidades climáticas y muchas veces por largas jornadas de trabajo. Los niños y niñas se exponen también a violencia en lugares de trabajo por parte de los adultos con consecuencias psicológicas como el abuso y el estrés ocasionado por la presión de cumplir con determinadas cuotas de producción.

Exponiéndose a las serias consecuencias prematuras que el trabajo le genera como ser: agotamiento para vivir y trabajar en el futuro, analfabetismo, mal nutrición, enfermedades y envejecimiento precoz.

En nuestro País debemos agregarle el uso de niños banderilleros en nuestros campos, para ejemplo copio textualmente una noticia del diario la Capital: “Chicos rociados con pesticidas trabajan como banderas humanas. Escrito por diario la Capital- Rosario. 
LOS NIÑOS FUMIGADOS DE LA SOJA/ Las Petacas, Santa Fe Argentina/ Norte de la provincia de Santa fe, 29 septiembre 2006 (Diario La Capital).- El viejo territorio de La Forestal, la empresa inglesa que arrasó con el quebracho colorado, embolsó millones de libras esterlinas en ganancias, convirtió bosques en desiertos, abandonó decenas de pueblos en el agujero negro de la desocupación y gozó de la complicidad de administraciones nacionales, provinciales y regionales durante más de ochenta años. Las Petacas, se llama el exacto escenario del segundo estado argentino donde los pibes son usados como señales para fumigar. Chicos que serán rociados con herbicidas y pesticidas mientras trabajan como postes, como banderas humanas y luego serán reemplazados por otros. ’Primero se comienza a fumigar en las esquinas, lo que se llama ’esquinero’. Después, hay que contar 24 pasos hacia un costado desde el último lugar donde pasó el ’mosquito’, desde el punto del medio de la máquina y pararse allí’, dice uno de los pibes entre los catorce y dieciséis años de edad. El ’mosquito’ es una máquina que vuela bajo y ’riega’ una nube de plaguicida. Para que el conductor sepa dónde tiene que fumigar, los productores agropecuarios de la zona encontraron una solución económica: chicos de menos de 16 años, se paran con una bandera en el sitio a fumigar. Los rocían con ’Randap’ y a veces ’2-4 D’ (herbicidas usados sobre todo para cultivar soja). También tiran insecticidas y mata yuyos. Tienen un olor fuertísimo. ’A veces también ayudamos a cargar el tanque. Cuando hay viento en contra nos da la nube y nos moja toda la cara’, describe el niño señal, el pibe que será contaminado, el número que apenas alguien tendrá en cuenta para un módico presupuesto de inversiones en el norte santafesino. No hay protección de ningún tipo. Y cuando señalan el campo para que pase el mosquito cobran entre veinte y veinticinco centavos la hectárea y cincuenta centavos cuando el plaguicida se esparce desde un tractor que ’va más lerdo’, dice uno de los chicos. ’Con el ’mosquito’ hacen 100 o 150 hectáreas por día. Se trabaja con dos banderilleros, uno para la ida y otro para la vuelta. Trabajamos desde que sale el sol hasta la nochecita. A veces nos dan de comer ahí y otras nos traen a casa, depende del productor’, agregan los entrevistados. Uno de los chicos dice que sabe que esos líquidos le puede hacer mal: ’Que tengamos cáncer’, ejemplifica. ’Hace tres o cuatro años que trabajamos en esto. En los tiempos de calor hay que aguantárselo al rayo del sol y encima el olor de ese líquido te revienta la cabeza. A veces me agarra dolor de cabeza en el medio del campo. Yo siempre llevo remera con cuello alto para taparme la cara y la cabeza’, dicen las voces de los pibes envenenados.

– Nos buscan dos productores. Cada uno tiene su gente, pero algunos no, porque usan banderillero satelital. Hacemos un descanso al mediodía y caminamos 200 hectáreas por día. No nos cansamos mucho porque estamos acostumbrados. A mí me dolía la cabeza y temblaba todo. Fui al médico y me dijo que era por el trabajo que hacía, que estaba enfermo por eso’, remarcan los niños. El padre de los pibes ya no puede acompañar a sus hijos. No soporta más las hinchazones del estómago, contó. ’No tenemos otra opción. Necesitamos hacer cualquier trabajo’, dice el papá cuando intenta explicar por qué sus hijos se exponen a semejante asesinato en etapas. La Agrupación de Vecinos Autoconvocados de Las Petacas y la Fundación para la Defensa del Ambiente habían emplazado al presidente comunal Miguel Ángel Battistelli para que elabore un programa de erradicación de actividades contaminantes relacionadas con las explotaciones agropecuarias y el uso de agroquímicos. No hubo avances. Los pibes siguen de banderas. Es en Las Petacas, norte profundo santafesino, donde todavía siguen vivas las garras de los continuadores de La Forestal” Fuente: Diario La Capital, Rosario, Argentina”.